Hacernos esta pregunta es perfectamente normal. A mí misma me pasa. Me interesan muchas cosas, soy muy curiosa, tengo varias pasiones, unas cuantas obsesiones, demasiados intereses.
Siguiendo con esa conversación que les comentaba más arriba, mi respuesta fue que es mejor comprometerse que tratar de racionalizar todo. Porque definir un nicho de alguna manera implica hacer un compromiso a futuro, y en ese compromiso hay que danzar con la incertidumbre. No sabemos hoy qué va a pasar mañana, no sabemos si ese nicho nos va a funcionar o no. Pero tenemos una...
Cuando no existían los medios masivos de comunicación y el mercado viable se limitaba a la distancia a la que podías llegar con tu carro o tu caballo, no hacía falta que pensaras en segmentación, en nichos o en targets. Los clientes eran todos a los que se podía llegar, y el posicionamiento lo daba el área de experiencia: "el herrero", "el carpintero", "el ebanista". No hacía falta diferenciarse demasiado, porque el mercado era muy pequeño y todos se conocían.
Con el avance de los medios de transporte y la llegada primero de la radio y luego de la...
Si respondiste sí a alguna parte de esta pregunta, ¡cuidado! Podrías estar pensando en empezar algo nuevo por las razones equivocadas.
Cuando cuento lo que hago, en reuniones sociales por ejemplo, me plantean muchas veces la misma duda, expresada de maneras diferentes:
¿Qué debería cuestionarme antes de iniciar un negocio?
¿Cuál es el factor más importante a la hora de definir una idea de negocio?
¿Cómo hago para encontrar el negocio ideal para mí?
Mi respuesta es siempre la misma. Como muchas veces es más fácil definir las cosas desde sus opuestos, lo primero que cuento son los motivos equivocados. Que pueden ser un montón, pero básicamente se reducen a tres. Sí, esos mismos tres que...
Tener una práctica de coaching, cumplir el sueño de ayudar a los demás y sentir que finalmente estamos en el mundo haciendo lo que nos toca hacer, en base a nuestros dones, nos da una sensación incomparable de gratitud y de significado.
Sin embargo, vender tus servicios como coach puede ser difícil, porque:
Pero hay...
Llámenme idealista si quieren, yo creo que con su trabajo los coaches pueden ayudar a hacer del mundo un lugar mejor. Y por eso el mundo necesita más coaches, y que a esos coaches les vaya bien.
Leyendo datos de mercado provistos por la ICF*, vemos que los ingresos promedio anuales de los coaches en Latinoamérica y el Caribe es de apenas 27.000 dólares al año. Entonces me pregunto, ¿cómo vamos a tener más coaches si a los coaches no se les está pagando por lo que vale su trabajo? ¿Cómo podemos tener más coaches dedicados 100% al coaching, si cuando llega fin de mes no les alcanza para pagar las cuentas?
Así fue que nació mi idea de ayudar a los coaches para que puedan tener la vida que sueñan, dedicándose a lo que les gusta hacer, trabajando en lo que aman y tiene significado para ellos, ganando el dinero que merecen.
La transparencia es típica de los expertos. Cuando llegamos a un grado de maestría tal que ya ni tenemos registro que estamos haciendo lo que hacemos, eso es transparencia.
Va un ejemplo. Cuando empecé a manejar, recuerdo que me pasaba de las calles donde tenía que doblar porque tenía tanto en qué pensar, tanto que mirar, tanto que hacer, que no podía además de todo eso prestar atención a los carteles. Estaba en modo aprendiz todavía. Me faltaban muchas horas de manejo para ir en piloto automático.
Ahora me pasa la opuesto. Voy y ni pienso lo que estoy haciendo. Si piso el freno, si hay que meter el embrague, si puse segunda o no. Pierdo registro de mi cuerpo, porque va operando esa máquina que es el...
Cuando empecé a trabajar en Yahoo, el mismo día que entré, me comunicaron que una de mis funciones sería conseguir publicidad en canje para la empresa. Eso implicaba vender, porque para que alguien me diera publicidad sin pagar, yo tenía que ofrecerle a cambio espacios publicitarios en Yahoo. Pensé que había tomado la peor decisión de mi vida al cambiar de empleo.
"Yo no soy vendedora", le dije en tono de queja a mi manager, muy desilusionada. Recuerdo que estaba parada frente a su escritorio cuando le dije esto. Necesitaba sentirme en una posición de poder para que me perdonara la tarea.
Pero Andrés, lejos de darme la razón, me dijo que estaba equivocada. Me aseguró que él veía una buena vendedora en mí, y me dijo que estaba seguro que me iba a ir bárbaro con mi nuevo rol.
Tenía mucha razón....
¿De las que chequean sus mails a las 2 de la mañana porque te da miedo perderte algo importante? O quizá estés en el grupo de las que agarran el trabajo de los demás cuando ven que no lo terminan. O pará, pará... ya sé. Sos de esas que cobran menos porque te da miedo que al otro no le caiga bien el presupuesto que le pasás.
Si te sentiste identificada, ¡bienvenida al club!
Hablando hoy con una amiga que es astróloga, me contó que algunas veces sus clientes se quedan más de cuatro horas. ¡Cuatro horas! Es el tiempo que lleva volar desde Londres a Estambul. ¡Se puede cruzar un continente en cuatro horas!
Lo peor de todo es que no...
En un artículo previo contaba el caso de una cliente que aún no estaba convencida de dar el salto del mundo corporativo al del trabajo independiente.
Y les compartía que ese salto no iba a ocurrir hasta que ella tuviera la certeza. Porque tener la intención no es lo mismo que tener la convicción.
Precisamente, en ese mismo segmento de indecisos existe otra variante, que está conformada por esas personas que están fascinadas con la idea de tener un negocio, pero no les interesa mucho hacer negocios.
Y acá viene la pregunta incómoda para vos.
¿Te gusta la idea de tener un negocio, o querés hacer negocios?
No, no es lo mismo. Y si no podés ver la diferencia, podrías estar en problemas.
Hacer negocios no es para todo el mundo. Muchas personas no tienen lo que hace falta tener para llevar adelante la parte...
Hace unos días me reuní por primera vez con una cliente que quiere una carrera independiente. "Me cuesta pensar en cambiar porque no tengo ninguna seguridad de que me va a ir bien", me dijo. “Leí tu eBook sobre encontrar la idea de negocios y estuve hablando con algunos clientes potenciales, pero nadie me llamó todavía”.
“Ya te van a llamar cuando estés lista”, le respondí. Estoy muy segura. Porque lo único que le está faltando a mi cliente es la decisión real de querer cambiar.
Sucede que frente a la opción de quedarse en una carrera construida en una organización durante más de dos décadas, o dar un salto hacia lo desconocido aunque represente una vida mejor, es muy probable que la primera opción...