Muchos me preguntan por qué desaparecí de las redes sociales en este último tiempo.
La respuesta corta y rápida es: estuve con muchas cosas. Personales y laborales.
En un momento tenía demasiado dando vueltas. Siendo fiel a mí misma, frené para reflexionar ("bajé un cambio", como decimos en Argentina) y reorganicé mis prioridades.
Esa fue la razón por la que quité las redes sociales de mi foco. Necesitaba re ubicar esa energía.
¿Alguna vez sentiste que estás corriendo en círculos, intentando hacer mil cosas a la vez pero sin avanzar en ninguna? Es como si estuvieras dispersando tu...
A la mayoría nos enseñan desde una edad temprana que es bueno ser desinteresados, y existen muchos beneficios probados del altruismo, tanto para nuestro bienestar mental como físico. Sin embargo, a veces los mensajes que recibimos acerca de ser generosos, de darlo todo, de ser productivos y de renunciar a nuestras necesidades, pueden ir demasiado lejos cuando los aplicamos a nuestra vida cotidiana. Si no estamos en sintonía con lo que somos y lo que deseamos, podríamos hacer sacrificios que no solo nos lastiman o limitan, sino que en realidad impactan negativamente en nuestros seres queridos.
Sócrates dio dos mandatos: cuidarse y conocerse. Él y otros antiguos expertos en...
Aún recuerdo cuando hace muchos años alguien me invitó al predio La Rural, en la ciudad de Buenos Aires, a "un evento gratuito donde muchas personas dan charlas y comparten temas interesantes".
En aquel momento trabajaba en una multinacional, entraba a las 9 de la mañana y no sabía a qué hora salía, y mi tiempo no era mío. Así que pensar en "gastar" una tarde entera para escuchar historias sobre temas supuestamente inspiradores, me parecía algo sin sentido.
Y no fui.
Haciendo un fast forward a mi mirada de hoy, todavía lamento haber perdido la oportunidad de haber estado en la primera edición de las Charlas TED en la Argentina.
TED es...
El año pasado la vida me hizo tía por primera vez. Con mi hermana Silvina, mamá de Francesco, tenemos un comentario gracioso que nos hacemos mutuamente cada vez que lo vemos intentar, temerariamente, algo nuevo: "qué difícil ser bebé".
¿Escuchaste esa frase que dice "no sabía que no podía, entonces igual lo hizo... y lo logró"? Bueno, esto aplica perfecto a los bebés.
Fran empezó a caminar bastante pronto, a los 10 meses. La curiosidad fue un gran motor, claro,...
A eso se suma que tenés a los chicos en casa por las vacaciones, que estás en plenos preparativos del próximo viaje familiar, que en tu trabajo tenés el cierre del año y encima sos la que coordina también la reunión de tu equipo.
Tenés demasiado que hacer, no das abasto, y te das cuenta que tendrías que haber dicho a muchas cosas que no... pero igual dijiste que sí.
Ya no das más.
Y aunque decir sí te hizo sentir bien en el momento, en el largo plazo te pasa factura. Quisieras frenar todo y escaparte a la luna.
Pero...
La semana pasada compré un regalo para una amiga. No era barato, pero tampoco era excesivamente caro. Pagué lo que marcaba la etiqueta. Jamás se me ocurrió pedir un descuento.
Esto pasa en la compra de productos. No negociamos los precios, excepto que se trate de un producto de altísimo valor, como un auto o una casa por ejemplo. Aún en compras de tickets altos no sucede. Es muy poco probable que vayas al supermercado y que en la línea de cajas negocies con la cajera para ver si te hace un descuento no previsto sobre el total de lo adquirido.
Sin embargo, cuando se trata de contratar servicios profesionales, es diferente. Hay un cierto consenso en que debe ser aceptado en algunos casos...
¿De las que chequean sus mails a las 2 de la mañana porque te da miedo perderte algo importante? O quizá estés en el grupo de las que agarran el trabajo de los demás cuando ven que no lo terminan. O pará, pará... ya sé. Sos de esas que cobran menos porque te da miedo que al otro no le caiga bien el presupuesto que le pasás.
Si te sentiste identificada, ¡bienvenida al club!
Hablando hoy con una amiga que es astróloga, me contó que algunas veces sus clientes se quedan más de cuatro horas. ¡Cuatro horas! Es el tiempo que lleva volar desde Londres a Estambul. ¡Se puede cruzar un continente en cuatro horas!
Lo peor de todo es que no...