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10 señales de que no estás conectado con tu Magia.

¿Levantarte a la mañana te resulta tan difícil como escalar el Aconcagua? ¿Los domingos a la tarde te angustiás, pensando que al día siguiente te espera nuevamente la rutina del trabajo? ¿Sentís que nadie reconoce lo que hacés? ¿Quemás el saldo de la tarjeta de crédito comprando cosas que no necesitás? 

Sé lo que es estar en el camino equivocado, porque yo también estuve ahí.

Cuando vamos en piloto automático, metidos en nuestro día a día, abrumados por lo cotidiano y la rutina, seguimos para donde la vida nos lleva y no paramos a pensar si estamos donde de verdad queremos estar.

Y el peligro con esto es que así van pasando los años, y seguimos sin mirar que hay otros caminos que podemos elegir. Otros espacios que nos habilitan vivir la vida en nuestros propios términos, con nuestras propias reglas y nuestras condiciones.

Porque mientras vamos en piloto automático, no nos escuchamos. No nos damos cuenta que no vamos bien, que tenemos que frenar, que vale la pena preguntarnos si estamos en el camino correcto. Que hay otras realidades más allá del paisaje que somos capaces de ver hoy.

Y vos, ¿por qué camino vas?
¿Estás en el camino que conecta con tu Magia?

Si no estás tan seguro, te paso debajo una lista de síntomas. Si algo de esto te resuena, es posible que tengas que poner el pie en el freno y preguntarte hacia dónde querés seguir de ahora en más.

1. Te cuesta levantarte para ir a trabajar

Abrís los ojos y de repente te invade un pesar, una angustia, un malestar. No es la fiaca de levantarte, es algo mucho más profundo, más deprimente. No querés encarar el día, sabés que lo que te espera no es lo que querrías para vos. Sentís que sería mejor dormir hasta el día siguiente. Y cuando llegue el día siguiente, repetir lo de hoy.

Quizá, además, no estés durmiendo bien. Ya sea porque te quedás pensando hasta tarde en cosas que sentís que no podés resolver, o porque estuviste hasta la madrugada consumiendo series de Netflix tratando de olvidar lo que te esperaba al día siguiente, o porque saliste con amigos y te emborrachaste para olvidarte de ese trabajo que no te gusta, de esa pareja que no te entiende, de ese jefe insoportable o de todas las cuentas que tenés que pagar.

¿Algo de esto te es familiar? Si es así, hay algo en tu vida que no encaja con tu Magia, que no está como debiera estar. Puede ser tu trabajo, tu relación de  pareja, tu relación familiar, tu manejo del dinero, tu autoestima.

Es momento que pares y reflexiones. Y actúes. 

Tus lunes pueden ser mucho, pero mucho mejores.

2. Sufrís los domingos a la tarde

Por algunos años, los domingos a la tarde para mí eran de bajón. Sentía que se iba apagando una luz a medida que pasaba el día, que me iba quedando sin energía, desolada, y no había ninguna actividad que me sacara la angustia.

Y claro, estaba haciendo algo que no tenía nada que ver con quien yo soy. Estaba trabajando en algo que estaba totalmente desconectado de mi Magia. Y esa frustración hacía que los viernes fueran de liberación, y que los domingos sintiera que tenía que volver a la cárcel.

Los humanos tenemos la capacidad de anticipar algo que aún no sucedió. De pensar con antelación cómo vamos a sentirnos por algo que no ocurrió, en base a experiencias pasadas. Cuando algo importante nos da miedo -una cirugía, una cita a ciegas, el primer día de un trabajo nuevo- sufrimos igual, aunque no lo hayamos vivido. 

Por eso los domingos a la tarde son tan angustiantes para quien tiene que encarar un lunes haciendo algo que no le gusta.

¿Cuando llega el fin de semana te sentís como esas vacas que libraron de ir al matadero, y salís el viernes a los saltos, pero el domingo estás con la cabeza gacha pensando que te espera un lunes de tristeza? 

Tengo noticias para vos, la solución es simple: conectá con tu Magia y encontrá un trabajo con propósito.

3. Nada te entusiasma, pocas cosas te sorprenden

Cuando vamos en piloto automático estamos tan atrapados en el día a día que todo nos da más o menos lo mismo. Ya nada nos ilusiona, nada nos entusiasma, vivimos siempre proyectando hacia el futuro. Pero cuando el futuro llega, no nos importa tanto. Cuando alcanzamos eso que queríamos, nos damos cuenta que no estaba tan bueno como nos habíamos imaginado.

Perdemos la capacidad de entusiasmarnos de verdad.

Cuando somos chicos, todo nos sorprende. Como adultos, dejamos de sorprendernos. Ahora somos rutinarios, somos estables, queremos estar tranquilos. Cada día nos vamos  haciendo más previsibles, dejamos de contar lo que nos pasa, reprimimos nuestras emociones.

Pero cuando de adultos conectamos con nuestra Magia, nos hacemos dueños de nuestra vida. Y revalorizamos las pequeñas cosas. El sol a la mañana. El olor a tierra después de la tormenta. El abrazo contenedor de un amigo. Las ganas de escuchar al otro. Recuperamos el entusiasmo, y reconectamos con nuestra capacidad de asombro.

4. Consumís compulsivamente

Hacer algo que odiamos genera ansiedad. Y una forma de calmar la ansiedad es consumir de manera compulsiva.

Es compulsión puede estar vinculada con comprar, comer, fumar, tomar, y demás adicciones.  

¿Qué consecuencias trae esto?

  • Comprás cosas que no necesitás, y tu bolsillo y tu tarjeta de crédito lo padecen. Tenés el placard lleno de cosas que no vas a usar, te sentís culpable y, para colmo de males, tenés menos dinero.
  • Te comés todo lo que está a tu alcance, en un afán por comerte tu angustia y tu incertidumbre. Sabés que no tenés que hacerlo, pero te das permiso, porque te contás una historia de compensación, de paliar la frustración con comida. Al final del día estás más gordo, más infeliz y encima, te sentís culpable.
  • Fumás y tomás exageradamente, porque al fin y al cabo, te merecés un poco de relax, ¿no? El problema es que nada es con moderación. "Te tomás hasta el agua de los floreros", como decimos en Argentina. Y claro, quizá también "fumás como una chimenea". Tu salud, muy comprometida.

No hay ansiedad cuando estás conectado con tu Magia. Porque tenés la certeza de estar en el lugar donde tenés que estar.

5. Estás frustrado

Hay gente que nació para triunfar y otra, como pensás vos de vos mismo, que es mediocre. Ya está. Hasta acá llegué en mi carrera profesional. Hasta acá puedo, porque ya tengo 40. Hasta acá me da, lo otro es para gente que no soy yo, gente más inteligente / más linda / más capaz / más famosa. Completalo con lo que quieras.

Parecería que el éxito es para los demás, a vos no te tocó en suerte. Mejor aguantar, resistir, seguir en piloto automático. "Al menos así tengo un sueldo a fin de mes", "al menos así puedo pagar la cuota del colegio de los chicos", "al menos así me puedo dar un gusto de vez en cuando".

¿Y sabés qué? Podés ser lo que quieras ser si conectás con tu Magia. Sí, léelo otra vez si te hace falta. Podés ser lo que quieras ser, lo que viniste a hacer a este mundo, si conectás con tu Magia.

Podés tomar las riendas de tu vida y ser el artífice de tu destino si de verdad lo elegís. Podés apagar el piloto automático y ser el capitán de tu propio barco.

6. Todo te molesta y estás agotado

Si en algún momento estoy trabajando en algo que no está alineado con mi Magia, me pongo fastidiosa. Cualquier cosa me irrita, me molesta, me altera. Porque siento que no lo puedo controlar, me aburre, me pone en cortocircuito y me puede hacer estallar.

Además, hacerlo me agota. Me cansa, me saca energía, quedo drenada.

Cuando estoy conectada con mi Magia, es al revés. Estoy contenta y además, hacer lo que estoy haciendo me energiza.

Porque cuando estás conectado con tu Magia, no sólo funcionás en base a tu talento y tu propósito, sino que también tus emociones y tu integridad van de la mano. Es mucho más fácil tomar decisiones, el horizonte se ve nítido, decir que no es más sencillo.

En cambio, cuando estás desconectado, la incertidumbre ocupa un lugar enorme. No hay claridad, no hay foco, no hay destino. No sabés cuando es sí ni cuando es no, cuando vale la pena seguir. Decís a todo que sí y te saturás. Decís a todo que no, y te fastidiás. Perdés el norte.

Es fácil estar incómodo cuando no sos vos. Cuando no estás en eje. Cuando no estás conectado con tu Magia.

7. Vivís reactivamente

Ir en piloto automático por un camino que no es el nuestro nos da una falsa sensación de control. Nos dejamos llevar en base a historias que nos contamos, en base a cosas que nos enseñaron y que aprendimos, sin cuestionarnos siquiera si está bien lo que estamos haciendo.

El problema de ir por un camino equivocado es que en un punto, no somos dueños de nuestras decisiones. Y entonces, terminás viviendo una vida reactiva.

En vez de generar, reaccionás. En vez de ser activo, sos una persona pasiva, que simplemente actúa respondiendo a las acciones que generan los demás. 

Más que en piloto automático, vas a la deriva, porque funcionás en base a las metas de los otros. A lo que quiere tu jefe, tu marido, tus hijos. Y de algún modo, son esas personas también quienes definen qué es la felicidad para vos.

Cuando conectás con tu Magia pasás a tener un rol activo. Sos artífice de tu vida, vos definís para dónde vas y cómo. Sos un ninja tomando decisiones, podés hasta anticipar los movimientos de los demás para tomar acciones anticipadas. 

El control de tu vida es todo tuyo.

8. Nunca es suficiente

¿Sos perfeccionista? Puede no ser tan bueno como creés. Cuando exigís mucho de los demás es muy probable que te exijas mucho a vos mismo. Lo sé porque fui así. Soy así a veces.

Ningún resultado te conforma, todo puede estar mejor, todo se puede hacer más rápido, más eficientemente, con excelencia. La contracara es que te frustrás cuando los demás no hacen lo que esperás que hagan, cuando no se comportan como esperás que se comporten.

Pensás que todos los demás están equivocados, pero en el fondo, el que necesita cambiar sos vos. 

¿Qué hace que sientas que nunca nada alcanza? Cuando no conectás con tu Magia, la sensación de insuficiencia es muy fuerte. Buscás ser perfecto, pero en realidad lo que necesitás es hacer algo que signifique algo.

En cambio, cuando conectás con tu Magia, tenés la certeza que estás dándole al mundo lo que el mundo necesita. Porque sabés que lo que estás haciendo está alineado con tu sueño, y que tu sueño es tu misión.

9. Sentís que el pasado fue mejor, o que el futuro será mejor

Pensá en "felicidad"... ¿qué te viene a la mente? 

Si pensaste en las vacaciones, en un lugar, en una persona, en el próximo fin de semana largo, en algo que vas a tener o una situación concreta del pasado o que se dará en algún tiempo, no estás conectado con tu Magia.

Porque la felicidad no viene de afuera. Si es así, es porque vas en piloto automático, y dependés de lo que la vida te dé.

Cuando sos artífice de tu destino, cuando estás conectado con tu Magia, vivís mucho más en el presente. El tiempo es muy valioso, porque entendés que es lo único en la vida que de verdad pasa y no se recupera.

La clave de conectar con tu Magia es que vivas aquí y ahora. Mirando hacia atrás con gratitud y hacia adelante con esperanza, proyectando el futuro de manera proactiva.

10. Te contás historias para no accionar

Seguramente muchas veces sentiste que tenías que cambiar algo. Buscaste información, tomaste acción, pero no avanzaste. De manera inconsciente, tenés miedo. Miedo al fracaso, miedo a seguir. Miedo a no poder, a que no te salga. Y a veces, muy agazapado y al final de todo, miedo a que no te quieran.

Y por eso abandonás antes de empezar. Y te contás historias, pones excusas, echando culpas a factores externos. "Ya estoy viejo", "no puedo correr tanto", "es imposible para mí adelgazar más, soy de huesos grandes", "no puedo empezar ese negocio, no tengo contactos".

El auto-sabotaje funciona bárbaro cuando no queremos enfrentarnos a la posibilidad de fracasar. Cuando no queremos atravesar todas las etapas de construcción de la confianza, cuando queremos quedarnos en un lugar cómodo. En piloto automático.

Y cuando conectás con tu Magia, te das cuenta que los sueños pueden hacerse realidad. Que todo depende de vos, de tu compromiso, de tu hacerte cargo.

Todo se hace mucho más fácil. Porque cuando estás en sintonía y alineado las cosas empiezan a suceder, y se abren caminos, oportunidades, puertas. Cosas que antes no creías posibles, empiezan a pasar.

Hablábamos al principio de estar o no estar en el camino correcto. Si te sentiste identificado con alguna de las situaciones anteriores, en algún aspecto de tu vida, seguro estás desconectado de tu Magia. 

Y acá tengo una pregunta especial para vos.
¿Estás donde querés estar en tu vida?

Pensalo desde tu trabajo, desde tu familia, desde tus vínculos, tus emociones. Pensalo desde cómo está tu cuerpo, desde tu rutina cotidiana, desde tus sueños, tus anhelos.

Si la respuesta es "no", algo está desconectado de tu Magia. Y eso te separa de tu trabajo ideal, de tu pareja ideal, de tus vínculos ideales, de tu vida ideal. De esa vida que querés tener, de eso que viniste al mundo a hacer. 

Cuando conectes con tu Magia, cuando alinees quién sos con lo que podés entregarle al mundo, ya no tendrás que luchar por salir de tu zona de confort. Por el contrario, vas a tener que hacer un esfuerzo conciente por tomar descansos, por frenar impulsos para hacer más, por decir no a las múltiples oportunidades que aparezcan, por parar la energía creativa que te va a atravesar.

.Llegó tu momento de vivir la vida que querés vivir, y concretar tu sueño de tener un trabajo con propósito. El mundo necesita tu talento, y es tu misión compartir tu Magia única. No prives a los demás de ese regalo que sos.

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